Retratos de Carolina, Lygia Bojunga

13.11.13

RETRATOS DE CAROLINA
Lygia Bojunga
200 páginas
Grupo Norma

La primera parte de la historia está narrada en tercera persona, y en la segunda nos encontramos con Carolina rogándole a su escritora que escriba más de ella. Literalmente: Personaje y autor discutiendo en un espacio real.

El 98% de la historia se desarrolla en Brasil, ya que la autora es de esa nacionalidad. Los capítulos se dividen en algunas de las edades de Carolina: a los seis, quince, veinte, etcétera. No podría especificar de que va el libro, puedo decir que en cada capitulo te encontrarás con un momento que marcó su vida para siempre e influyó en las decisiones que tomó hasta, por lo menos, el final de la primera parte, donde ella tiene una especie de sueño místico que le enseña el verdadero significado de su vida.


En la segunda parte la cosa se pone realmente divertida ya que autor y personaje se encuentran y discuten. Carolina le insiste a Lygia que escriba algunos retratos más de ella, ya que todos sus retratos anteriores no han sido más que los momentos más infelices de su vida, por otro lado nos encontramos con la, igual de terca, escritora que está planeando otro libro y solo quiere que Carolina deje de molestarla. Cuando la autora se va de casa Carolina escribe autorretratos sin darse cuenta y mucho menos con la intención de hacerlo. Carolina cree que la escritora aun no está preparada para despedirse por completo de ella y por eso aun está viva insistiendo. 
En el pensamiento, un vacío. En la imaginación, la imagen fluctuante de un túnel largo y oscuro. En el pecho, una angustia que palpita. Otra hora que pasa, otra hora que pasa, otra hora que pasa.
Con la primera parte del libro me di cuenta de los cambios que surgen en esta mujer que nunca le ha hecho daño a una mosca, pero que ha vivido de sobra, de la inocencia de una niña de seis años que jamás había tenido una amiga, experimentar el dolor del primer corazón roto. A medida que va creciendo se van incorporando más personajes con mucha más importancia que en capítulos anteriores, el padre es una base fundamental para Carolina ya que él es el único que logra comprenderla incluso cuando ella no quiere hablar. Resulta casi dulce su forma de pensar, porque de algún modo, a pesar de que ella ya no tiene seis años, apenas se notan los cambios en su inocencia.

En la segunda parte se puede apreciar la manera de trabajar del autor y como es que a veces se pueden topar con personajes tan entrañables que con mucha dificultad les dicen adiós.

Lo malo: A veces me confundía con su forma de hablar, no se si atribuirlo a la traducción o la escritora, esperé un poco más del final, pero estuvo bien. No quedo entre mis favoritos pero es definitivamente recomendable.

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«Pues considero que aquella persona, caballero o señora, que no sabe apreciar el valor de una buena novela es completamente necio» Mr. Tilney.