Chao Parra, vuelve cuando quieras

28.1.18


No sabía como empezar esta entrada, pero no saber cómo hacerlo siempre es la mejor forma de hacerlo. Es un cliché que aún funciona, aunque es probable que no tenga ninguna clase de vigencia real. Lo que sí sabía, sin embargo, es que tenía unas terribles ganas de escribir algo sobre esto porque me niego a que sea un asunto trascendental en mi vida la muerte de mi antipoeta favorito, y al único que conozco y al único que leo sabiendo que siempre lo voy a disfrutar cada vez que me lo encuentro  así que aquí vamos.

***
"Perdóname lector, amistoso lector que no me pueda despedir de ti, con un abrazo fiel: me despido de ti con una triste sonrisa forzada"

Martes, algún punto de la mañana, en una notaria de Rancagua, sancandole corchetes a un montón de documentos como parte de mí trabajo que en realidad es una cosita pequeña. Frente a mí, un hombre joven, extranjero, que a penas sabe hablar español haciendo lo mismo que yo, y a un lado, una mujer mayor, poniéndole colafría a los lomos de los libros próximos a empastar. Hay un profundo silencio que ninguno desea romper por la falta de confianza y quizá el exceso de sueño. No tengo internet móvil y no me apetece escuchar las mismas canciones que guardo en mi tarjeta de memoria desde el 2012, así que decido colocar la radio de mi teléfono. Estamos en un archivo pequeñito con paredes muy gruesas, la señal es pésima y a penas hay un par de frecuencias que se escuchan bien, no estoy buscando nada en especial, quizá un programa y algo de música, quizá solo música, pero en realidad tengo ganas de escuchar más voces humanas conversando y de repente, entre las pocas opciones, encuentro una. No tengo de donde agarrar el hilo de la conversación y sin previo aviso una mujer dice algo como: "...y sí, Nicanor Parra murió en la madrugada." Me paralizo; no dan ninguna clase de detalles y se van a una pausa de comerciales. Miro a las personas que están a mi alrededor e intento contener las ganas de preguntarles si lo que acabo de oír es real, pero ellos no tienen idea de nada, ellos siguen haciendo lo suyo como si el mundo no se hubiese detenido por los dos segundos que le tomó a la periodista decir aquel trozo de oración, ellos, totalmente absortos en sus labores, no están preguntándose como es posible que un hombre inmortal haya, simplemente, muerto.


La última vez que lo leí, me lo encontré por casualidad en el libro Antología del poema breve en Chile, así que quería compartirlo con ustedes. No es mi obra favorita de él, pero significó entonces un reto para mí, un reto que duró el viaje en bus a mi casa y que más tarde olvidé.


Creo que es la primera vez que siento un vacío de este tamaño: pequeñito pequeñito, como la ausencia de una coma o una falta ortográfica. Es extraño y me apena no sé porqué, pero está bien, creo que jamás estuve preparada para saber de su partida, una parte de mí siempre creyó en la fantasía de que el viejo llegaría por lo menos a los 200 años o algo así. Sin embargo yo creo que no morimos hasta que dejan de contarnos, cantarnos, llorarnos y leernos, por lo que los invito a tenerlo siempre presente. Leí por ahí, que su último deseo era comer unas empanadas que la mujer que lo cuidaba no alcanzó a hacerle y creo que eso es lo que deberíamos lamentar más de su partida, porque premios tuvo por montones y dejó un legado en Chile, en el mundo y en la literatura que no se va a borrar jamás. Es mi favorito de la vida, es tan evidente que siempre lo olvido, pero lo es, no hay nadie como él, no hay nadie que ejerza la petulancia con tanta gracia y humildad y por eso siempre me dedicaré a alimentar su ego con palabras pomposas como éstas. No puedo concluir esto porque no se me ocurre cómo, así que diré lo optimo no más: chao Parra, antipoeta, antihéroe, hombre imaginario, artefacto, mezcla / De vinagre y aceite de comer / ¡Un embutido de ángel y bestia!

***

Comentamos con una amiga que su alma habría sido incapaz de tolerar otro gobierno de Piñera, así que a buena hora decidió mandarse a cambiar.
Azul

6 comentarios:

  1. Tienes toda la razón, el seguirá vivo en sus obras y en su legado, sin duda su pasada por este mundo y país no será en vano. Nos leemos, un beso, me ha encantado tu blog y te sigo :D

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nooo, sí su centenario aquí tuvo una gran razón de ser <3
      Gracias Clau!

      Eliminar
  2. Desde luego, me parece un homenaje más que significativo para un escritor que es casi (o sin casi) un mito para ti.
    NO puedo opinar, no he leído a este señor, pero si yo fuese escritora, me desharía con una entrada así, aunque sea a título póstumo.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Esther <3 ojalá tengas oportunidad de dar con él y su obra, probablemente te encantaría :')

      Eliminar
  3. ¡Hola!
    Me ha gustado mucho lo que has dicho y como has contado todo, no sé como opinar por que he leído muy poco de él, pero sin duda ha dejado un buen hueco y no queda más que seguirle leyendo.
    Saludos Infinitos.

    ResponderEliminar
  4. Hola bella! Qué bonito homenaje. Seguro ese momento fue tan trascendental para tí, que era un poco extraño ver como a los demás les daba igual. Así pasa cuando muere alguien a quien admiras tanto, me ha pasado con algunos de mis artistas favoritos.
    Su legado será inmortal, de eso no cabe duda.
    Besos!

    ResponderEliminar

«Pues considero que aquella persona, caballero o señora, que no sabe apreciar el valor de una buena novela es completamente necio» Mr. Tilney.